Motivo por el cual, los diseños aluden a imaginarios diversos: la mitología del Carnaval de Oruro (lagartos, arañas, hormigas y sapos), la geometría del templo prehispánico de Tiwanaku y/o los anima- les y flora altoandina; por su parte, los/as bailarines/as ariqueños buscarán representar sus identificaciones múltiples a través de banderas de alianza bi o trinacional (Chile, Perú y Bolivia), wiphalas, copihues y colibríes.
“Es así como el bordador a través de esta actividad cultural y sus habilidades artísticas expresará formas de pensar y creer la realidad. Por su lado el folklorista formará parte del mercado simbólico y estético a través del significado e intencionalidad que otorgue al traje” (Tedesqui, 2010, pág. 35).
No obstante, nos importa destacar que estos intercambios superan las lógicas instrumentales del capitalismo, pues afianzan la participación en un sistema de prestigio social y simbólico donde la ostentación y la abundancia re-significa las jerarquías y desigualdades sociales, a la vez que moviliza particulares repertorios de memoria y relaciones entre humanos y más-que-humanos que nacen de la convi- vencia o vida en común (Costa, 2022). Es el caso de la ceremonia de phawa o consagración de los trajes e indumentarias en días previos al comienzo del Carnaval, la cual podremos observar en diferentes momentos de la serie.
La phawa alude a la confección de una “mesa ritual” o altar compuesto de hojas de coca, copal, incienso, cervezas y cigarri- llos donde se depositan los trajes y nom- bres de cada uno de los/as bailarines/as a fin de que un oficiante o yatiri, junto a una consorte femenina, realice libaciones en las cuatro esquinas de la mesa a fin de ro- gar por la unidad y salud de bailarines/as, el buen estado de los trajes y buenaventura del grupo y de todas las actividades festivas; concluyendo con la distribución de los trajes entre los presentes, quienes proceden a compartir alimentos y bebidas. Poniendose en manifiesto que se trata de ob-jetos que “poseen una fuerza o ch’ama que los anima y un aliento, ánimo o animu que les da vida” (Oros, 2022, pág. 837), por lo que su adecuada atención puede afectar de manera positiva a los/as bailarines-as y sus performances.
Arte Festivo fue fruto de afectaciones múltiples durante un trabajo de campo antropológico que da cuenta de nuestras relaciones con el mundo y con quienes nos educamos en atención. Ello favoreciendo la formación de un entendimiento experimental, donde el experimento alude a un método de la esperanza. “La esperanza de que prestando atención a los seres y cosas con los que tratamos, ellos a su vez nos atenderán a nosotros, y responderán a nuestras propuestas (Ingold, 2016, p. 12).”
Nos aproximamos, entonces, a una antropología que buscar compartir la fragilidad de la experiencia y devolver lo que debemos a quienes participan de nuestra existencia y formación como creadores. En esta perspectiva, concebimos la realización audiovisual antropológica como un proceso de aprendizaje en el cual somos llamados a corresponder en tanto que se- res vivientes en relación con el mundo.
- Chamorro, A. (2017). Imagen y experiencia: el Carnaval de Arica como autorrepresentación festiva. Chungara, Revista de Antro- pología Chilena, 49(1), 121-132. Appadurai, A. (2006). Hacia una antropología de las cosas.
- En Appadurai, Arjun (Ed.). La vida social de las cosas. Perspectiva cultural de las mercancías (pp. 17-88). México D.F.: Editorial Grijalbo
- Costa, S. (2022). Convivialidad-Desigualdad: en busca del nexo perdido. En Mecila (Ed.). Convivialidad-desigualdad: explorando los nexos entre lo que nos une y lo que nos separa (pp. 31-62). Ciudad Autónoma de Buenos Aires: CLACSO; San Pablo: Mecila.
- Ingold, T. (2016). From science to art and back again: The pendulum of an anthropologist. ANUAC, 5(1), 5-23.
Ingold, T. (2022). Llevando la vida: antropología y educación. Santiago de Chile: UAH/Ediciones. - Oros, V. (2022). Como pieles divinas: La convivencia de materia- les, técnicas, imágenes religiosas y wak’as en trajes y máscaras festivas siglos XIX-XX. Autoctonía. Revista de Ciencias Sociales e Historia, VI(2), 803-843.
- Tedesqui, V. (2010). Los bordadores de la morenada. Estética y dis- cursividad social. La Paz, Bolivia: Unidad de Promoción del Folklore y las Artes Populares, Dirección de Promoción y Producción Cultu- ral Oficialía Mayor de Culturas, Gobierno Municipal de La Paz.